
Las dietas vegetarianas, como la de Flavia, no incluyen ningún tipo de carnes rojas, blancas ni pescados y se basan en
el consumo de cereales, verduras, frutas, legumbres, semillas y frutos secos. Dentro de la definición general de vegetarianismo podemos encontrar distintas variantes: los ovo-lacto-vegetarianos consumen huevo y productos lácteos; los lacto-vegetarianos incluyen productos lácteos pero no huevos ni alimentos que los contengan; los api-vegetarianos consumen miel; los veganos (o vegetarianos estrictos) excluyen huevos, productos lácteos y cualquier tipo de alimento de origen animal y/ o que contenga estos productos. Los veganos no utilizan, además, ningún producto de origen animal por motivos éticos, pues argumentan que esos productos implican la explotación de los animales.
Para Flavia, la preocupación por el bienestar animal fue la razón por la que se adhirió al vegetarianismo. Su alergia a la leche y el rechazo a la fast food (comida chatarra) terminaron complementando su elección. En general, diversos motivos para seguir este tipo de alimentación como motivos de salud, creencias religiosas e incluso preocupación por el medio ambiente.
De acuerdo con el informe “Sostenibilidad de las dietas basadas en carne y dietas basadas en plantas y el medio ambiente” realizado por Ángel Sancho y publicado por Pablo Saz Peiro de la Universidad de Zaragoza, el sistema alimentario a base de carne requiere más energía, tierra y recursos hídricos que la dieta lacto-ovo-vegetariana. El mayor gasto de energía mineral para producir cereales, vegetales y forraje incluye fertilizantes, maquinaria agrícola, combustible, irrigación y pesticidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario